martes, 8 de junio de 2010

La diferencia más grande

Por Javier Alejandro Sottini

El punto más alto del planeta es la cima del Monte Everest, con 8.844 metros de altura. Miles de alpinistas han pretendido escalarlo, unos pocos lo lograron, pero muchos perdieron la vida en el intento.
Por otro lado, el punto más bajo, más profundo de la Tierra, se encuentra en el océano Pacífico, cerca de China, se llama Fosa de las Marianas. La profundidad allí alcanza la friolera de 11.000 metros. De más está decir que ningún hombre ha llegado allí, sólo submarinos comandados a control remoto se han aproximado.
Si calculamos la diferencia entre ambos sitios, fácilmente nos damos cuenta que la Fosa de las Marianas es 2.156 metros más extensa que el Everest, y que entre el punto más alto y el más profundo del planeta hay 19.844 metros. ¡Qué numerito!
A pesar de semejante diferencia y tan abultadas cifras, el ser humano ha sido capaz de establecer una aún mayor: la diferencia entre lo que dice y lo que hace.
Los cristianos muchas veces hemos dicho u oído: “Nosotros vivimos en el mundo, pero no pertenecemos al mundo”. Y eso es verdad... o debería serlo.
La Palabra es clarísima al respecto, no hay lugar a interpretaciones. Santiago 5:12 dice: “...vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación”.
Más claro... ¡échele agua!
El Señor no nos dice: “Miren... traten de cumplir con lo que dicen. Si dicen que sí a alguna cosa, intenten hacerla. Sino queda mal para los que aseguran ser cristianos. Hagan un esfuercito. Y si no pueden... bueno, prueben con más ganas la próxima vez, ¿sí?”
Dios nos dice: “Cumplan con lo que dicen para que no sean condenados”. Y punto.
La palabra de un verdadero hijo de Dios, debe valer más que cualquier papel firmado con rúbrica y garantía. Si vale menos que eso... entonces no vale nada.
La diferencia entre lo que el mundo dice y hace es mayor a la que existe entre el Everest y la Fosa de las Marianas.
La diferencia entre lo que un cristiano dice y hace, debe ser igual a cero.
“Vivimos en mundo pero no pertenecemos a él”, es fácil decirlo.
¿Qué le parece si lo demostramos todos los días con nuestros hechos?

4 comentarios:

  1. ¿Por qué filtra los comentarios antes de publicarlos? ¿Si no son a favor de lo que usted escribe los borra?

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  2. Estimado Sr. Anónimo:
    La razón por la que filtro los comentarios, no es asegurarme que estos sean obsecuentes o afines a mis ideas, sino mucho más simple: no me gustaría someter a los lectores a la ignominia de tener que leer comentarios vulgares, insultantes o faltos de una mínima educación.
    Como usted puede ver, su comentario no es constructivo en absoluto, y aún así, fue publicado.
    Me gusta la crítica respetuosa aún más que la palmada en la espalda, y eso puede comprobarlo usted mismo cuando lo desee.

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  3. Me gusta como escribe usted. Además por lo que veo todo está respaldado por la Biblia, así que muy dificil estar en contra. Siga adelante, ya lo dijo el Quijote "ladran Sancho, señal que cabalgamos".

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  4. Cristina Echegoyen10 de junio de 2010, 15:49

    Me sumo a lo que escribió Estela. En todos lados se cuecen "señores anónimos". Adelante!

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