Por Javier Alejandro Sottini
No puedo prometerte que la vida no te hará sufrir.
Pero te prometo que siempre estaré a tu lado compartiendo la pena. Confío que entre los dos la haremos más liviana.
No puedo prometerte que no vas a llorar.
Pero te prometo que yo enjugaré tus lágrimas, y volveré a dibujar una sonrisa en tu rostro.
No puedo prometerte que la mentira no te alcanzará.
Pero te prometo que tus oídos siempre escucharán la verdad de mis labios, y sabrás valorarla... aunque te duela.
No puedo prometerte el cielo.
Pero te prometo que voy a enseñarte el camino hacia él.
No puedo prometerte que no moriré.
Pero te prometo que en cada una de tus miradas, en cada una de tus palabras, en cada uno de tus gestos, habrá parte de mí. Y cada vez que te mires al espejo, podrás encontrarme en vos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Todos los padres amamos a nuestros hijos, pero a vos el amor se te sale por los poros, viejo. Saludos.
ResponderEliminarSupongo que eso pasa con todos, pero no sabemos escribirlo tan lindo.
ResponderEliminarNo a cualquiera se le ha otorgado el don de la escritura, tú eres privilegiado al poder decir con palabras lo que grita tu corazón. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarNo, ese don lo tienen otros. Yo simplemente soy un acomodador de letras.
ResponderEliminarDe cualquier manera, gracias por compartir esa forma extraordinaria que tienes de acomodar letras.
ResponderEliminar